‹‹⿻Dwallin Ainurr / Historia ››

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Dwällin, el orgulloso capitán de la guardia real de Noldor, nació y creció entre las profundidades de las Montañas Rocosas, donde las forjas chisporrotean día y noche. Desde pequeño demostró una inusual fuerza física, y se decía en broma que había llegado al mundo con la potencia de un león adulto. Sus padres, artesanos dedicados a la herrería, le inculcaron los valores del trabajo duro y la lealtad, aunque a menudo parecían más sorprendidos que nadie por la fiereza que su hijo exhibía incluso a temprana edad.

La amistad de Dwällin con Khîrlir, un enano de la nobleza de Noldor, se forjó en medio de batallas de entrenamiento y días de arduo aprendizaje. Sin embargo, cuando Khîrlir decidió marchar al reino humano de Lothric para formarse junto a otros nobles, la reacción de Dwällin fue tan explosiva como se esperaba. Se enfadó terriblemente, convencido de que su amigo abandonaba lo que él consideraba la verdadera grandeza enana. Aun así, su lealtad no se quebró, pues en el fondo anhelaba el regreso de Khîrlir y el reencuentro con él para formar la dupla invencible que fueron en sus días de juventud.

Impulsivo y de carácter volátil, Dwällin se gana la fama de “azote de las estrellas” en sus filas militares. No es un enano que se ande con sutilezas: su martillo, de mango reforzado y cabeza de acero monárquico, intimida a cualquiera. Con un solo golpe puede lanzar a un orco por los aires y romper la moral de enemigos que, según cuentan las anécdotas de guerra, salen huyendo tras verle en acción. Al mismo tiempo, su temperamento lo hace tan temible como impredecible, pues basta un comentario desafortunado para que se encienda su furia.

Pese a su arrebato constante, si logras encontrar la forma de seguirle la corriente, Dwällin se mostrará tan amistoso como un camarada de la infancia. Es de los que juzga rápido: si le caes bien, te protegerá con su vida; si le caes mal, será casi imposible que cambie de opinión. Sus compañeros dentro del ejército de Noldor aprenden a quererlo y temerlo a partes iguales, porque su energía desbordante puede desencadenar discusiones airadas tanto como celebraciones emocionantes en la taberna.

Hoy en día, el capitán Dwällin continúa defendiendo los recovecos subterráneos de Noldor con pasión inquebrantable. Sus hazañas, rodeadas de leyendas sobre su fuerza descomunal, alimentan la admiración de los jóvenes reclutas que aspiran a empuñar el martillo con el mismo temple que él. Y aunque su forma de ser no deja lugar a términos medios, muchos coinciden en que su espíritu extremista es en realidad un poderoso impulso que mantiene a su reino a salvo de cualquier amenaza.